Generalmente nuestro comportamiento pasa desapercibido para nosotros mismos a la hora de seducir. Esto se debe al empleo de la comunicación no verbal, una manera de comunicarnos a la que no solemos prestarle demasiada atención y que sin embargo es las más importante.
En el proceso de seduccón, nuestro cuerpo responde de diferentes maneras: como el brillo en la mirada, la dilatación de la pupila, la piel coloreada, el enderezamiento del cuerpo, incluso puede
cambiar el olor corporal y la textura del pelo. Todos estos gestos y signos suelen darse inconscientemente.
No es igual en hombres mujeres, una mujer probablemente se arreglará el cabello, cruzará sus piernas, o inclinará la cabeza al intentar seducir, mientras que el hombre mostrará su masculinidad poniéndose erguido, con ciertadureza en sus gestos.
Nuestro cuerpo habla, expresa sensaciones, pensamientos, intenciones. Y habla más allá de nuestra propia voluntad, manifiesta nuestra intimidad.
Se trata de una comunicación auto reveladora en la que se exteriorizan aspectos propios como son: pensamientos, sentimientos, emociones y deseos.
El proceso de seducción no tiene necesariamente una connotación sexual, sino que se emplea en varios ámbitos de la vida: con amigos, en el trabajo, con los hijos, y claro está, también con la pareja.
Por eso, a la hora de seducir es necesario conocerse uno mismo, con las aptitudes y limitaciones de nuestro propio yo, reflexionando sobre la propia seducción, sin frenarla, sino encauzándola como un proceso más del hecho de ser uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Conversamos? Deja tu comentario :)