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11/2/09

Animarse a volar




..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación
de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas
que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte
aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las
alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte
para el siguiente intento –contestó el padre.
El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los
que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita?
Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo caso, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?
El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy
como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre
necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno no quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.





(Tomado del libro Cuentos para pensar de Jorge Bucay)

4 comentarios:

  1. si... el que no apuesta, no gana.
    eso lo he ido descubriendo poco a poco en la vida.
    "la excusa más cobarde es culpar al destino"

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  2. Y lo peor es cuando no nos atrevemos a sacar provecho de nuestro potencial....

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  3. ¿Por qué me parece que el polluelo se está planteando no salir del nido nunca?
    Siempre he pensado que si adviertes que caerá y que tendrá que levantarse e intentarlo de nuevo, puede entrar miedo.
    ¿Intuyo que el polluelo ha idealizado demasiado a su padre? Puede que la culpa sea del padre
    ¿Es mejor plantar al hijo ante el abismo y darle un empujoncito?
    Debe haber soluciones intermedias.
    Me gustó el cuento, qué caray. Me ha hecho pensar....

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  4. Que bueno que te hayas hecho preguntas a partir del cuento Tito Carlos, ahora sigue que tú mismo empieces a encontrar tus respuestas.
    Cariños
    Mariana

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